¡Si! ¡Por fín llega la temporada de bodas! ¡Yuhu!
Me encanta ver a las parejitas preparando el día más especial de su vida y teniendo en cuenta cada detalle para que todo esté perfecto. Y sobre todo, me encanta conocerles y dar en el clavo con sus invitaciones y la papelería para el evento. :)) ¡Me chifla!
Hoy os enseño unas invitaciones que hice para unos novios fuera de la moda actual. Nada de ilustración, ni de paneles tipográficos, ni de muñequitos; lo tenían claro. Unas invitaciones como las de antes, clásicas, pero con mucho estilo. Los novios (que son un amor) querían un diseño fino y elegante, que reflejara todo el cariño y trabajo que ellos habían puesto en ese día. Una invitación con fundamento, con detalles muy cuidados y sobre todo con mucho gusto. Así que me puse manos a la obra.
Como color para combinar con el blanco les gustaba tanto la gama de los tonos arena como los grises, por eso le di vueltas para poder combinar los dos tonos. Hablando con ellos descubrí que había una canción muy importante para la pareja. Una canción que retrataba su historia y sus deseos. Les propuse introducirla en la invitación y les encantó la idea. Es una forma de personalizarla, sin que sea tan explícito.
Tras escoger entre varios papeles nos quedamos con un papel perlado de alta calidad, que terminaría dando un brillo y una luz especial a las invitaciones. Como un atardecer reflejado en la arena, ideal para lo que buscaban. Escogimos un tamaño cuadrado de 15 x 15, suficiente para que la invitación tuviera cuerpo y presencia.
Este fue el primer paso. ¿Queréis ver cómo quedó?


Llegados a este punto era necesario dar calidez al trabajo. El segundo paso consistió en añadir unos detalles a mano en los mismos tonos para dar personalidad y luz a la invitación. La combinación de una forma circular, un troquel elegante y unos tonos crudos, fue ideal para conseguir ese contraste. Con eso y con un interior trabajado, la invitación estaba lista. (Bueno, y con muchas horas de medir, cortar y colocar)





Pero, ¿qué me decís del sobre?. Es esa parte de la invitación que a veces se descuida un poco, ya sea por practicidad a la hora de enviar o por que no se le da la importancia que tiene. Pero el exterior, es lo primero que ven tus invitados y la primera imagen que se llevan de la boda. Así que en este caso, decidimos personalizarlo siguiendo la misma línea que la invitación.
Escogimos un sobre en crudo con un poco de brillo. Con los mismos tonos arena, y esta vez cinta gris, añadí unas tarjetas donde los novios pudieran escribir el nombre de los invitados. Por el otro lado, iba cerrado con un lazo (me hice experta en mini-lazos) y un sello con las iniciales de los novios. De esta forma, toda la invitación iba conjuntada. :)




El sello con sus iniciales lo usaron en toda la papelería. También les preparé unas tarjetas de agradecimiento (que si puedo os enseñaré otro día) que causaron mucha ternura entre los invitados.


Los novios quedaron encantados, el estilo iba con ellos y les encajaba perfectamente. Y me transmitieron que los invitados tuvieron una reacción estupenda al verla y que la entrega fue toda una sorpresa.
Como veis, no hace falta añadir mucho color o dibujos para tener unas invitaciones bonitas y originales. Las cosas sencillas también pueden ser muy bonitas. Lo más importante es que definan quienes sois y vayan con vuestro estilo.
¿Qué os ha parecido? ¿Hay algún casadero/a por aquí? No dudéis en dejar un comentario con vuestra opinión. Y como siempre, para cualquier consulta, info@izarix.es. ¡Feliz día!